jueves, 24 de enero de 2013

Hoy nos encontramos...


Tu Mirada lo dice todo, tu corazón se agita, es un acto involuntario, incapaz de controlar, te acercas a mí, y siento tu aliento, me ves fijamente a los ojos, quiero disimular pero aún así lo percibes, siento lo mismo que tú, recorres mi rostro sin rozarme, solo siento tu respiración.
Besas mis labios de la forma más dulce jamás besada y así electrificas todo mi cuerpo. Tus dedos juegan con mi cabello y lentamente bajan a mi espalda, la que recorren como buscando el lugar al que pertenecen.
Mientras tus labios caminan por mi cuello hasta mis hombros en donde encuentran un obstáculo, los tirantes de mi blusa, delicadamente y sin prisa usas tu boca para hacer a un lado ese obstáculo y seguir avanzado, besas mis hombros y descubres que es en ese lugar donde los fuegos artificiales empiezan a encenderse. Y esto te provoca avanzar más aprisa, pero te controlas, porque sabes que tenemos todo el tiempo del mundo, porque sabes que me tienes a mí.
En este momento mi blusa no es ningún obstáculo y tus labios curiosos y tu lengua traviesa empieza a conocerme.
Tus manos cada vez más suaves y tiernas empiezan a despojarme de mis complejos, de mis dudas y mis temores, y van convenciéndome que solo tú eres mi felicidad.
Siento por fin tu cuerpo y al cabo de un momento ya no somos tú y yo, somos uno mismo, una amalgama perfecta. Es aquí donde sabemos que esto debía ser así, somos complemento uno del otro y nada importa más que lo que sentimos.
Lentamente volvemos a ser tú y yo. Nos miramos a los ojos, no hace falta más, nuestras miradas dicen «Te Amo» y aunque dejamos de ser uno solo, solo sonreímos porque sabemos, que nos volveremos a encontrar.